Legionella
Legionella
¿Qué es la Legionella?
La Legionella, específicamente la bacteria Legionella Pneumophila, es una bacteria en forma de bacilo de 0.6 micras de ancho y 10 micras de largo aproximadamente. La Legionella pertenece al grupo de las bacterias Gram Negativa por lo que es resistente a ciertos antibióticos y a los glóbulos blancos que la intenten combatir. También pertenece al grupo de los organismos aerobios, es decir, puede desarrollarse en presencia de oxígeno diatómico.
La Legionella Pneumophilaa pertenece a la familia Legionellaceae, de la que se conocen alrededor de 30 especies y más de 50 serogrupos importantes del género Legionella, como la Legionella micdadei, Legionella bonzemanii, Legionella longbeache o Legionella dumoffii. Todas ellas capaces de generar enfermedad
La Legionella es considerada una bacteria ambienta, ya que su nicho natural son las aguas superficiales, aunque también se desarrolla en aguas marinas poco salobres o en agua de lluvia almacenada. Como forma de resistencia a las agresiones externas, puede presentarse como parásito en el interior de amebas.
La bacteria puede colonizar diversos sistemas de agua artificiales, como los abastecimientos de agua de las ciudades. Una vía importante de expansión sería la red de distribución de agua, ya que a través de ella puede incorporarse a los sistemas de agua sanitaria u otros que requieran agua para su funcionamiento y puedan generar aerosoles.
¿Qué es la legionelosis?
La legionelosis es una enfermedad de origen ambiental, provocada por la bacteria Legionella. Esta puede presentarse en dos estados principales:
- Como un síndrome febril agudo de pronóstico débil, conocido como “Fiebre de Pontiac”
- Como una infección pulmonar que se manifiesta con neumonía atípica y fiebre alta, conocida como “La enfermedad del Legionario”
Alrededor de un 90% de los casos de Legionelosis son provocados por la Legionella Pneumophilia.
Las epidemias de Legionelosis suelen atraer la atención de los medios de comunicación debido a su frecuente relación con instalaciones específicas. Sin embargo, esta enfermedad generalmente se manifiesta como un caso aislado, sin conexión con ningún brote oficialmente reconocido. Las epidemias tienden a transcurrir en verano o a principios de otoño, aunque pueden presentarse durante todo el año.
Algunas personas infectadas pueden experimentar síntomas leves o no presentar ningún síntoma en absoluto. Aproximadamente entre un 5% y un 30% de las personas que contraen la legionelosis fallecen, especialmente si los tratamientos antibióticos se retrasan. En 2022 se notificaron alrededor de 2.000 casos de legionelosis en España, con una tasa de notificación de 4,11 por cada 100.000 habitantes, supuso un aumento del 14,9% sobre los casos de 2021
Origen de la Legionella
La Legionella Pneumophilia se describió por primera vez en 1977, tras un brote epidémico de neumonía grave registrada entre los participantes de la 58ª convención de la Legión Estadounidense en Filadelfia, en 1976. Desde entonces, ha ocasionado brotes como consecuencia del mal mantenimiento de sistemas hídricos artificiales.
El mayor brote de legionelosis de la historia tuvo lugar en julio de 2001 en Murcia, España, con 6 muertos y más de 600 afectados. El foco fue localizado en varias torres de refrigeración contaminadas.
En la actualidad, la infección debe considerarse como perfectamente controlable, siempre que se tomen las correspondientes medidas de prevención en edificios e instalaciones acuáticas, así como el correcto tratamiento de los pacientes infectados.
Guía de revisión de Legionella
Según el RD 487/2022, todos los negocios que cuenten con alguno de los sistemas mencionados en nuestra guía están obligados a realizar controles de Legionella.
Guía de revisión de Legionella
Con esta guía gratuita para podrás determinar de inmediato si es necesario realizar un control de Legionella en tus instalaciones.
Según el RD 487/2022, todos los negocios que cuenten con alguno de los sistemas mencionados en nuestra guía están obligados a realizar controles de Legionella.
Hábitat de la Legionella
El hábitat natural de la Legionella es el agua, encontrándose en ríos, lagos, estanques y fuentes, principalmente en presencia de lodos y materia orgánica que utilizan como nutrientes.
Desde su reservorio natural, la Legionella puede expandirse a través de los sistemas de abastecimiento de las ciudades y, a través de la red de distribución, llegar a las instalaciones de agua doméstica y otras que requieren agua para su funcionamiento, como sistemas de refrigeración riego, piscinas, túneles de lavado…
Estas instalaciones suelen tener elementos conocidos como amplificadores, donde el agua queda estancada y se produce el acumulamiento de residuos que actúan como sustrato para la bacteria, permitiendo su multiplicación hasta concentraciones infecciosas para los humanos.
Condiciones de supervivencia de la Legionella
La Legionella, siendo una bacteria que se encuentra en sistemas acuáticos naturales o artificiales, puede proliferar en cualquier acumulación de agua. Esta bacteria es capaz de sobrevivir en un amplio rango de temperaturas, desde entre 20 y 60 grados Celsius. Sin embargo, su crecimiento óptimo se produce entre los 35 y 37 grados Celsius, mientras que por debajo de los 20 grados permanece inactiva. Con temperaturas superiores a 60 grados, el 90% de las bacterias muere en un lapso de dos horas, y por encima de 70 grados, el 100% muere rápidamente. Además, la proliferación de Legionella se ve favorecida por:
1. Estancamiento de agua
Aquellas zonas muertas con una velocidad baja de circulación del agua son propensas a desarrollar Legionella. Esta proporciona un ambiente más estable y generalmente más cálido que el agua en movimiento, donde la bacteria puede multiplicarse sin ser arrastrada o dispersada por la corriente.
2. Suciedad
garantiza la presencia de otros microorganismos (bacterias y protozoos) que favorecen la multiplicación de la Legionella y de los nutrientes apropiados, que posibilitan la formación de biopelículas (biofilm). Este biofilm constituye un nicho ecológico que permite a los microorganismos compartir nutrientes y protegerse de agresores químicos.
3. Materiales inadecuados
La madera u otros orgánicos a base de celulosa, proporcionan el acantonamiento de microorganismos como la Legionella y dificultan la limpieza y la desinfección
Estancamiento de agua
Aquellas zonas muertas con una velocidad baja de circulación del agua son propensas a desarrollar Legionella. Esta proporciona un ambiente más estable y generalmente más cálido que el agua en movimiento, donde la bacteria puede multiplicarse sin ser arrastrada o dispersada por la corriente.
Suciedad
garantiza la presencia de otros microorganismos (bacterias y protozoos) que favorecen la multiplicación de la Legionella y de los nutrientes apropiados, que posibilitan la formación de biopelículas (biofilm). Este biofilm constituye un nicho ecológico que permite a los microorganismos compartir nutrientes y protegerse de agresores químicos.
Materiales inadecuados
La madera u otros orgánicos a base de celulosa, proporcionan el acantonamiento de microorganismos como la Legionella y dificultan la limpieza y la desinfección
¿Cómo se transmite la Legionella?
La Legionelosis se transmite a través del aire, de una fuente de agua o tierra. Hasta la fecha, todos los estudios concuerdan en que no existe contagio al beber agua, ingerir alimentos, de persona a persona o de animal a persona.
La infección más común de Legionella se produce a través de la inhalación de aerosoles contaminados, que se forman a partir de pequeñas gotas generadas al pulverizar el agua o insuflar burbujas de aire a través del agua. Las partículas pequeñas tienen mayor riesgo de infección ya que acceden con mayor facilidad a las vías respiratorias. Las personas se pueden exponer a estos aerosoles en:
(Toca los iconos para más info)
La Legionelosis puede desarrollarse en personas de cualquier edad, pero la enfermedad afecta más frecuentemente a hombres mayores de 45 años, fumadores e inmunodeprimidos.
Síntomas de la Legionelosis
El término legionelosis abarca tanto las formas pulmonares como no pulmonares de la infección por Legionella
La forma no pulmonar, conocida como fiebre de Pontiac, es una enfermedad aguda que se resuelve espontáneamente y presenta síntomas similares a la gripe, como la fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, malestar general y dolor muscular. Estos síntomas suelen desaparecer en un periodo de 2 a 5 días. Con un tiempo de incubación que varía entre unas pocas horas y un máximo de 48h. No se han registrado muertes por esta forma de legionelosis.
La forma pulmonar, comúnmente llamada legionelosis, tiene un periodo de incubación de 2 a 10 días, aunque en algunos casos puede extenderse hasta 16 días. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, pérdida de apetito, dolor de cabeza, malestar general y letargo. Algunos pacientes también experimentan dolor muscular, diarrea y confusión. Una tos leve es común al inicio, pero hasta el 50% de los pacientes puede presentar flemas, y aproximadamente un tercio de los casos incluyen esputos con sangre. La gravedad de esta forma de la enfermedad varía desde una tos leve hasta una neumonía grave que puede ser fatal debido a la insuficiencia respiratoria, el shock y el fallo multiorgánico.
Sin tratamiento, la legionelosis tiende a empeorar la primera semana. Las complicaciones más frecuentes son la insuficiencia respiratoria, el shock y la insuficiencia renal aguda. La recuperación requiere de tratamiento antibiótico y puede extenderse durante varias semanas o meses. En raras ocasiones, una neumonía progresiva grave o un tratamiento inadecuado pueden causar secuelas cerebrales.
La tasa de mortalidad de la legionelosis depende de varios factores, incluyendo la gravedad de la enfermedad, la adecuación del tratamiento inicial, el entorno en el que se contrajo la infección o las condiciones personales del paciente.
- Sin tratamiento, la tasa de mortalidad va del 40% al 80%
- Con tratamiento, la tasa de mortalidad se reduce entre un 5% y un 10% dependiendo de la severidad de los síntomas clínicos.
¿Qué son instalaciones con riesgo de transmisión de Legionella?
Se consideran instalaciones de riesgo, aquellas que permitan la supervivencia, crecimiento y multiplicación de la Legionella y que formen y emitan aerosoles: duchas, grifos, bañeras de hidromasaje, nebulizadores de agua…
En instalaciones individuales
Las infraestructuras de mayor riesgo para la proliferación de la Legionella son aquellas dedicadas al suministro de agua caliente sanitaria. Estas instalaciones, especialmente cuando cuentan con sistemas de acumulación de agua, actúan como reservorios y amplificadores de la bacteria. Desde estos puntos de almacenamiento, la bacteria se distribuye a través de la red de tuberías hasta llegar a las duchas, donde se generan aerosoles que pueden ser inhalados. Es importante destacar que el riesgo de contraer Legionella en domicilios y viviendas particulares es bajo en comparación con otros entornos.
En instalaciones comunitarias
Los sistemas de agua caliente centralizada con depósitos de almacenamiento comunes y redes de distribución que abastecen a diversas viviendas pueden convertirse en un foco potencial de infección por Legionella. Desde estos puntos, la bacteria puede llegar a colonizar las duchas de los hogares, incrementando el riesgo de contagio.
El peligro asociado a estas instalaciones puede ser considerablemente alto, por lo que es fundamental implementar un mantenimiento adecuado y constante para controlar la proliferación de Legionella. Mantener la seguridad y la calidad del agua en estos entornos es crucial para prevenir los brotes de esta bacteria.
Medidas de prevención de la Legionella
Siendo conscientes de la importancia y necesidad de un buen control de la Legionella, Grupo SASTI ofrece un servicio especializado para prevenir su presencia y proliferación.
Siguiendo las pautas del Real Decreto 865/2003, evaluamos las instalaciones de riesgo y elaboramos un programa de mantenimiento específico para cada una de ellas, detectando riesgos potenciales y proporcionando medidas correctoras y de control a adoptar en cada caso.
Además, se elaborarán tratamientos de limpieza y desinfección y es fundamental implementar medidas que eviten el estancamiento del agua, la acumulación de nutrientes y el rango de temperaturas favorable para su desarrollo. Estas acciones deben aplicarse tanto en instalaciones comunitarias como en viviendas particulares.
En edificios con depósitos, aljibes o tanques de reserva de agua fría para consumo humano, se debe establecer un riguroso programa de mantenimiento. Este programa debe incluir:
- La inspección regular de la estructura y el estado de estos contenedores.
- Proteger los depósitos del calor excesivo y la contaminación, recomendando cubrirlos con tapas impermeables.
- Asegurar un sistema de renovación continua del agua, que incluya entradas, salidas, rebosaderos y purgas.
- Como norma general, es aconsejable limpiar y desinfectar estos depósitos al menos una vez al año.
Para edificios con sistemas centralizados de agua caliente, es esencial implementar un programa de mantenimiento. Este programa, que puede ser realizado por la comunidad o por una empresa autorizada, debe incluir la limpieza de los tanques y tratamientos preventivos anuales.
En viviendas con termos eléctricos o calderas de combustión con acumulador, se recomienda mantener la temperatura del acumulador por encima de los 60ºC y evitar apagarlo durante la noche.
En cuanto a los elementos terminales de la red (grifos y duchas), se sugiere:
- Evitar el uso de filtros y accesorios innecesarios; si existen, es crucial extremar su limpieza.
- Utilizar difusores de gota gruesa, especialmente en duchas.
- Purgar semanalmente los grifos con poco uso, dejando correr el agua durante unos 5 minutos.
- Al menos una vez al año, desmontar y desinfectar los difusores y/o filtros, sumergiéndolos en lejía diluida.
- Eliminar las incrustaciones de cal aplicando productos específicos como vinagre o “anticales” comerciales.
Para aquellos que disponen de jacuzzis o bañeras de hidromasaje, es recomendable limpiar y desinfectar la bañera después de cada uso.
En el caso de equipos de aire acondicionado, se aconseja limpiar y desinfectar las bandejas de recogida de condensados una vez al año utilizando lejía diluida.
Estas medidas son esenciales para mantener un ambiente seguro y libre de Legionella, protegiendo la salud de todos los usuarios.
Legislación sobre Legionella
La prevención y el control de la legionelosis son aspectos fundamentales para garantizar la salud pública, especialmente en instalaciones susceptibles de albergar la bacteria Legionella. En España, la normativa que regula los requisitos sanitarios para prevenir y controlar esta enfermedad se establece en el Real Decreto 487/2022, de 21 de junio.
La bacteria Legionella prolifera en instalaciones con agua estancada, especialmente si están mal diseñadas, instaladas o mantenidas. Entre las principales fuentes de infección, destacan los sistemas de agua potable y caliente sanitaria, las torres de refrigeración y los condensadores evaporativos. Sin embargo, otras instalaciones como spas, piscinas con hidromasaje, humidificadores o fuentes ornamentales pueden convertirse en focos de Legionella si las condiciones son propicias. Equipos de terapia respiratoria, como respiradores y nebulizadores, también requieren atención especial debido al riesgo añadido para los usuarios vulnerables.
En 1999, la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud reconoció la necesidad de criterios técnicos y sanitarios para prevenir brotes de legionelosis, resultando en el Real Decreto 909/2001. Este fue actualizado por el Real Decreto 865/2003, que estableció criterios higiénico-sanitarios más estrictos.
La evolución del conocimiento técnico y científico, junto con la experiencia en la aplicación de la normativa y el análisis de brotes recientes, ha llevado a la actualización de estas normas mediante el Real Decreto 487/2022. Esta nueva regulación incluye mejoras técnicas y nuevas medidas de gestión del riesgo para un control más eficaz de las instalaciones susceptibles. Es esencial continuar investigando sobre la proliferación de Legionella y adaptar la normativa a los avances científicos y tecnológicos.